domingo, 19 de agosto de 2018

¿Y si las historias para niños fueran de lectura obligatoria para los adultos?


José Saramago escribe en su cuento para niños, 

La flor más grande del mundo”:

“¿Y si las historias para niños fueran
de lectura obligatoria para los adultos?
¿Seríamos realmente capaces de aprender
lo que, desde hace tanto tiempo, venimos enseñando?”

Los libros ilustrados en la actualidad han dejado de pertenecer a un público exclusivo de niños, padres o maestros.
Uno de los factores más relevantes, es que además de ser atractivos visualmente, el contenido se estipula con un fin.
Para el niño, puede ser un reflejo del mundo que le rodea, o resolver conflictos, o incluso trabajar las emociones, para el adulto, en cambio al contar con la ironía o el humor, puede darle más lecturas a la misma historia.
Por ejemplo, en el mercado, editoriales como FLAMBOYANT, famosa por el libro “El monstruo de colores” de Anna llenas, apuestan por un libro ilustrado, que permite profundizar varios matices de su contenido, en un rango infantojuvenil más amplio.
Ana Juan, premio nacional de Ilustración en 2010, en una entrevista para El Asombrario, declara que “La revolución digital que ha sufrido el mundo editorial ha llevado a la casi extinción del libro de bolsillo y a las editoriales a decantarse por los volúmenes ilustrados, libros cuidados donde lo sensorial cumple un papel importante y no tiene cabida el mundo digital”.
La revolución digital, provocó que las editoriales cambiaran su producción masiva de imprenta, y apostasen por un producto más cuidado, tanto en contenido, como a nivel visual.

por Coni La Grotteria


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