El arte mueve la
educación por María
Acaso
La
principal línea de trabajo de esta profesora e investigadora española, con
reconocimiento internacional, consiste en evidenciar la obsolescencia del sistema
educativo actual y tratar de cambiarlo a través del desarrollo de lo que se
denomina como educación disruptiva. Lo defiende a través del desarrollo de
proyectos de investigación, la organización y participación en eventos y las publicaciones.
En
el II Seminario de educación artística, celebrado en Santiago (Chile), explica
que “el arte es un proceso inherente al ser humano de manera que su enseñanza
también lo ha sido y lo es”. Es cierto que el docente se enfrenta a recortes en
educación, o como el arte se presenta fuera del currículo, pero María Acaso, motiva
a no centrarse en los contras y a empoderar a los maestros para cambiar el
paradigma.
Un
cambio necesario, que deje atrás las clases magistrales, y niños pintando
fichas, o realizando una manualidad, que puede que cumplieran una función en
los sesenta, pero no, con los nativos digitales.
Por
ello propone, cambiar el concepto de educación artística a “arteeducación”. A
través de cuatro concepciones: hiperrrealidad (imágenes que nos rodean, y
tienen más peso que la realidad), hiperconsumo (obsesión por comprar cosas que
no necesitamos), terrores visuales (imágenes de nuestro alrededor que
configuran un ideal) y el entretenimiento como pedagogía (idealización de
situaciones irreales).
Entonces
se resuelve, que es la educación artística, está vinculada con el conocimiento,
con un conocimiento visual, que como docentes debemos enseñar a analizar y
criticar las imágenes que nos circundan.
Afirma
que el objetivo es: “formar ciudadanos y ciudadanas críticos en un mundo
eminentemente visual”.
Para
conseguir ser agentes de cambio, e implantar un nuevo paradigma en las clases
de educación artística, se asientan tres conceptos básicos: el conocimiento, el
proceso y la creatividad.
El
conocimiento, es romper con la idea
de que es una herramienta que produce placer o que es estético, el lenguaje
visual es el productor de dicho conocimiento y por ellos está relacionado con
nuestro pensamiento, con lo intelectual. La clave es analizar las imágenes,
algo que se ve poquísimo en las aulas, y que ella considera que debería ser 50%
como mínimo, trabajar contenidos con macro y micronarrativas. El arte grita “vamos a cambiar el mundo”, es
una crítica social, y hasta a veces política. Son microrevoluciones, algo
fundamental desde nuestro papel como docentes.
El
proceso, representa la planificación
coherente, es más efectivo hacer tres proyectos al año, que 50 actividades sin
sentido. Dentro de este proceso debe incluirse un análisis crítico y no sólo la
mera producción.
Y
por último, la creatividad que ya desde 1917, lo define a la perfección
Duchamp, “Lo que debemos enseñar a los estudiantes es que tiene que haber una
idea, y la técnica acompaña a la idea, pero no al revés”.
No
nos podemos estancar en fichas, acuarelas y manualidades, sino acercarnos a la
sociedad, analizarla, criticarla, eso es empezar a romper el paradigma.
En
Educación Infantil, me gustaría hacer referencia a como la investigadora expone
un ejemplo cotidiano, sobre una nueva figura que nace en esta sociedad actual:
“Un DJ no crea música, lo que hace es coger la música de los demás y crear su
propia playlist”.
Creo
que nos da la clave, para trabajar contenido artístico, respetando el
conocimiento visual, proponiendo un proceso coherente con oportunidades de
debate y críticas (asamblea), y facilitando la creatividad en las clases.
Si
entendemos nuestro entorno, lo analizamos, nos entusiasmamos con él, estaremos
transmitiendo recursos para transformar el mundo.
El
trabajo por proyectos debe ser una
realidad desde Educación infantil, es una manera para trabajar desde
conocimientos previos y profundizar sobre nuevas técnicas, dando la oportunidad
a los niños de aprender a través del descubrimiento, favoreciendo un desarrollo
integral de sus capacidades.
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